Método Bobath


Método Bobath 
Según informes de la Asociación Española de Neurología, la primera causa de muerte en la mujer es el Ictus y la segunda en el hombre.
En la actualidad millones de familias se ven afectados por la "peste del siglo XXI": las enfermedades neurológicas, sin que  por ello, exista más información.
El Concepto Bobath realiza una valoración de las limitaciones del paciente, para que este pueda incorporarse a su vida familiar, social y laboral, y así aumentar su independencia. 
Evidentemente para llegar a estos objetivos hay que abordar los problemas desde una rehabilitación interdisciplinar, que permita trabajar a todos los profesionales en una sola dirección.
Aunque no se puedan  cumplir al 100% los objetivos, hemos de exigirnos la mayor calidad e independencia con las personas afectadas con daño cerebral.
Otra característica de nuestro tratamiento es la especificidad, estudiar cada caso independientemente y no por patologías. Detectar las necesidades de cada persona y trazar un plan de trabajo muy determinado para cada paciente, se optimiza el rendimiento y la mejoría del paciente en cada sesión realizada.
En el Concepto Bobath se estudia la biodinámica del movimiento normal, que nos sirve como base para comparar con el movimiento alterado por daños en el sistema nervioso central. En muchas ocasiones encontramos múltiples problemas en la ejecución de actividades y hemos de priorizar, cual de ellos desencadena mayor déficit en el movimiento, tratamos y facilitamos la actividad con el nuevo cambio, volviendo a valorar la mejoría, o no, en nuestro tratamiento, plantear otra nueva hipótesis y realizar el tratamiento. Por tanto en el Concepto Bobath continuamente se está valorando el movimiento del paciente y adaptándose a los cambios que efectúe el paciente en la ejecución de las actividades. Es muy importante el marcar unas metas en el paciente que sean claras y basadas en actividades concretas, otra característica de los objetivos es que sean a corto plazo, por ejemplo, si tenemos un paciente que va en silla de ruedas un objetivo claro es que pueda caminar con independencia, pero esto sería una meta a largo plazo, hemos de concretar día a día metas más cercanas que nos lleven a la lejana, que el paciente pueda estar en bipedestación (de pie) realizando una actividad con la mano   (cepillarse los dientes) y sería una actividad necesaria, previa a la marcha.
En la valoración que se realiza de la actividad hay que tener en cuenta múltiples sistemas que interactúan para ejecutar correctamente la tarea:
- Sistemas sensoriales
- Sistemas músculo-esquelético
- Sistemas reguladores
- Sistemas planificadores
- Sistemas adaptadores del entorno
- Sistemas de memoria.
De todos estos sistemas saber en todo momento su actuación en la tarea que queremos que desempeñe el paciente.
Paralelamente recogemos datos, para cuantificar la mejoría y rendimiento de nuestro trabajo, a través de la investigación.
Una de las preguntas más frecuentes en familiares y pacientes con daño cerebral suelen ser del tipo…, ¿ puede haber mejoría aunque haya pasado mucho tiempo desde la lesión?.
 Gracias a  investigaciones hechas en neurofisiología podemos afirmar que el cerebro es uno de los órganos más cambiantes de nuestro cuerpo, y podemos afirmar que sí habrá cambios, en la dirección deseada. Estos, se verán más potenciados por una serie de factores tanto intrínsecos (enfermedades metabólicas, medicamentos, edad, situación y tamaño de la lesión, etc…), como extrínsecos (entorno familiar, social, laboral, etc…).
Por tanto, en pacientes con daño cerebral es muy importante una rehabilitación adecuada ya que el cerebro puede aprender patrones o movimientos que pueden perjudicar, su recuperación. De aquí, la importancia en la buena formación de los profesionales que trabajen en este campo tan específico, para dar más calidad en los tratamientos.
Otro de los problemas que requieren atención de los profesionales es el cuidado al cuidador. La información y orientación a la familia o al entorno del paciente es muy importante para la mejoría de la persona con daño cerebral. Normalmente' se encuentran abandonados e impotentes, ponen su buena voluntad sin saber si es lo adecuado, necesitan explicar cual es el problema del paciente y cuando deben ayudar y cuando exigir. La colaboración de la familia en todos los casos va a potenciar la recuperación en pacientes y la familia por otro lado se va a sentir importante en la mejoría del paciente, creando un círculo positivo que se potencia y modifica constantemente.
Por tanto, podemos decir que después de un daño cerebral hay esperanza, no solo para el paciente sino para su entorno y en la recuperación debemos de trabajar tanto los profesionales de distintos campos como el entorno en un solo camino con el objetivo de dar la máxima independencia y calidad de vida a los pacientes con daño cerebral.
Charo Ariza
Directora del centro CRENE
Profesora de la Universidad Francisco de Vitoria
Instructora Bobath

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