Por Joseph Henkes
Bélgica / Nieder-Emmels, 13.07.2004
Bélgica / Nieder-Emmels, 13.07.2004
"Mi gota ha desaparecido por completo"
En mayo de 1980 sufrí mi primer brote de gota. Sucedió un domingo de mañana. Tenía tal dolor en la articulación de mi dedo del pie izquierdo que casi no podía caminar y tuve que usar muletas.
Mi primer pensamiento fue que debí haber hecho algún mal movimiento con mi tobillo. A la mañana siguiente, cuando le comenté a mi colega de mi sospecha me pidió ver mi pie. Se lo mostré y enseguida desembuchó, "¡tú tienes pie de rey!", que para mí resulta una expresión desconocida.
Me explicó que se refería a la gota. Él conocía a una reumatóloga con quien yo hice rápidamente una cita para determinar si ese era realmente el problema. Ella llegó a la misma conclusión, era gota efectivamente. Exámenes de sangre confirmaron que los valores de ácido úrico estaban en 14 mg/dl, mientras que los valores normales para los hombres se suponía debían ser inferiores 7 mg/dl.
La doctora recetó medicamentos para interrumpir el episodio doloroso enseguida. Yo tenía que tomar una pastilla a diario para reducir los parámetros de ácido úrico de forma tal que se previnieran más brotes. Aparte de eso, ella me recomendó que cambiara mi dieta - esto es, nada de carne roja, ni ciertos tipos de repollo, ni tripas, ninguna salchicha, ni vino rojo, licores pesados, etc.
Después de un tiempo, otro brote ocurrió a pesar que yo tomaba mis medicamentos regularmente. La explicación médica fue que yo no había estado siguiendo la dieta especial con el cuidado suficiente. No podía negar eso realmente, ¿quién, después de todo no comete una indiscreción culinaria una vez cada tanto?
De acuerdo a la medicina convencional, la gota es una enfermedad de la opulencia, mucha comida y bebida buena muy a menudo. Me sonaba creíble que, debido a la elevada concentración de ácido úrico en el cuerpo, los cristales se estuvieran depositando en las articulaciones, lo que causaba los terribles dolores que estaba experimentando.
Durante unas vacaciones de verano de la familia en la costa belga en 1985, habíamos conocido a un doctor sudafricano quien había realizado sus estudios en la Universidad de Bruselas. Le pedí su consejo respecto a mi gota y acerca de la opinión popular que probablemente se debía a mis imperfectos hábitos de comida y bebida.
Él discrepó totalmente conmigo y dijo que no tenía nada que ver con comida y bebida. En Sudáfrica, él me explicó, muchas personas mueren de hambre y ciertamente que ellos no comen carne ni beben vino tinto - y sin embargo gota es una de las enfermedades más comunes allí. Esto me hizo pensar. ¿Pero qué más puede uno hacer cuando no tiene otras alternativas más que tragarse los medicamentos?
Luego del consejo de la reumatóloga, tome medicamentos a diario para disminuir el ácido úrico y medicamentos adicionales durante los brotes agudos de gota. Pero los brotes seguían ocurriendo una y otra vez - quizás 5 a 6 veces por año.
La Gota - de acuerdo con la German New Medicine
Con gota, dos tipos de conflicto están presentes:
1. Un conflicto de auto-devaluación física que afecta la zona ósea involucrada (en la fase de curación)
2. Un conflicto existencial/de abandono (túbulos colectores del riñón)
La gota ocurre cuando la auto-devaluación física fue resuelta y el conflicto de abandono/existencial está todavía activo.
En 1997, el tema de la gota había sido abordado durante un seminario de la GNM. El Dr. Hamer me preguntó si yo le permitiría analizar mi caso en público. Yo accedí de entrada. (Yo había preparado que me hicieran una tomografía computarizada de antemano). La gota estaba localizada en la articulación del dedo gordo del pie izquierdo.
El Dr. Hamer observó la tomografía computarizada e inmediatamente concluyó que yo debí haber sufrido un conflicto de auto-devaluación en el pie izquierdo así como también un conflicto existencial. Allí fue cuando todos comenzamos a buscar en nuestra memoria cuando pudo haber ocurrido un conflicto de auto-devaluación - mi esposa y mi hijo menor también estaban participando. Todos expresamos nuestras respectivas opiniones.
Cuando mi hijo dijo, "Tú nunca jugaste al fútbol pero solo hiciste algunas pruebas de entrenamiento" una luz se encendió para mí. Mi padre me había prohibido jugar al fútbol a los 17 años después de que mi hermano mayor se fracturó su pierna durante un partido. Eso nos dejaba con la prueba de entrenamiento.
El Dr. Hamer preguntó: "¿Y qué sucedió después?"
En 1975, mi esposa y yo tuvimos nuestro primer hijo, quien más tarde nos acompañó en estas pruebas de entrenamiento, mi esposa siempre solía venir. Cuando nuestro segundo hijo nació, resultaba muy difícil llevar a los dos niños, y mi esposa se vio obligada a quedarse en casa con ellos. No era el pasatiempo más interesante para ella, cuidar a dos niños mientras yo me divertía en otro lugar. La paz en el hogar sufrió a menudo y yo puedo entender eso completamente.
Llegó un día cuando las peleas en casa fueron demasiado para mí y me enojé tanto que de hecho cancelé mi membresia al club. Eso sucedió el 30.12.1979, y desde entonces no participé nunca más en las corridas.
Ese evento resultó ser la causa de mi conflicto de auto-devaluación física (deportiva). El conflicto de abandono fue que tuve que dejar a mi esposa sola en casa.
Le dije al Dr. Hamer, "Hasta ahora puedo seguir su lógica, pero ¿por qué solo tengo gota en el dedo del pie izquierdo y no en el de la derecha también? Después de todo, yo soy diestro y, de acuerdo a la GNM, ¿no debería haber tenido gota en el dedo del pie derecho - en el lado de la pareja?"
Proseguimos con nuestra búsqueda mental como un puñado de detectives, hasta que el Dr. Hamer nos preguntó por qué mi esposa había sido requerida para quedarse en casa. "¡Por los niños, por supuesto!" contestamos.
Y, bingo, esa oración confirmó por qué mi gota estaba localizada en el dedo del pie izquierdo - mi lado de hijo/madre - porque yo soy diestro. Con un zurdo hubiera sido exactamente al revés.
El conflicto de existencia/abandono afecta a los túbulos colectores del riñón y produce retención de agua. Ahora puedo entender lo que el doctor sudafricano había querido indicarme cuando anteriormente dijo que la gota no tiene nada que ver con comida opulenta. Después de todo, mucha gente en África tiene conflictos de abandono por una muy buena razón que es ¡que no tienen prácticamente nada que comer!
Desde que he comprendido estas dos conexiones mi gota ha desaparecido aún después de que comencé a comer normalmente otra vez.
Por eso es que quiero tomar esta oportunidad para agradecer al Dr. Hamer una vez más por su descubrimiento de la German New Medicine y por sus consejos a mi familia y a mí.
* Traducido del original en alemán:http://www.pilhar.com/Hamer/NeuMed/Sonderpr/20040713_Henkes_Gicht.htm
0 comentarios :
Publicar un comentario