Intervalo entre temporadas no sería suficiente para cerebro de jugadores de fútbol americano

NUEVA YORK (Reuters Health) - El intervalo entre las
temporadas de juego no sería suficiente para que el cerebro de
los jugadores de fútbol americano se recupere de los golpes
recibidos durante los partidos y el entrenamiento, según sugiere
un estudio pequeño.
Un equipo descubrió cambios en la materia blanca del cerebro
de 10 atletas universitarios después de una temporada de juego.
Después de seis meses sin jugar, el cerebro de esos jugadores no
se había recuperado.
"Nuestra mejor explicación sería que es una lesión cerebral
leve, el mismo tipo de lesión que padecería el cerebro después
de un traumatismo de cráneo", indicó el doctor Jeffrey Bazarian,
de la Facultad de Medicina y Odontología de University of
Rochester, Nueva York, sobre los resultados publicados en PLOS
ONE.
Con su equipo halló en las imágenes del cerebro de jugadores
de fútbol americano universitarios que no acababan de sufrir
traumatismos la misma cantidad de cambios que en los atletas
atendidos por ese tipo de lesiones.
"Quisimos ver qué efecto tenía el descanso en esos cambios
-comentó Bazarian-. Pensamos que si la lesión desaparece con
seis meses de descanso, quizás no sea un problema", agregó.
Por otro lado, esas variaciones pueden acumularse si el
cerebro no se recupera. Eso, en teoría, favorecería la aparición
de la encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad que
afecta a algunos deportistas que sufren golpes reiterados en la
cabeza.
Los síntomas, que suelen aparecer después de los últimos
traumatismos, a menudo incluyen pérdida de memoria, agresión y
demencia.
Los autores reunieron a 10 jugadores de fútbol americano
de University of Rochester y les hicieron estudios por imágenes
al inicio y al final de la temporada 2011, y, nuevamente, a los
seis meses. Lo mismo sucedió con cinco universitarios que no
eran atletas a modo de comparación.
A los casos de los jugadores, les colocaron dispositivos
para registrar cuántos golpes fuertes recibían durante la
temporada de juego. Ningún jugador sufrió de un traumatismo en
ese período, pero casa uno recibió entre 431 y 1850 golpes en la
cabeza.
Al comparar las imágenes de los atletas con las de los que
no eran atletas, los autores detectaron cambios en la materia
blanca de los jugadores al final de la temporada. El tamaño de
esos cambios parecía depender de la cantidad de golpes que había
sufrido el deportista durante la temporada.
La materia blanca es la capa interior del cerebro y está
formada de fibras nerviosas que transmiten los mensajes en el
cerebro.
Después de seis meses de descanso, los jugadores aún
conservaban los cambios del cerebro. Esas lesiones no parecían
influir en el rendimiento deportivo, pero Bazarian dijo que eso
podría suceder con la acumulación de los traumatismos de
múltiples temporadas.
"Los síntomas suelen aparecer mucho tiempo después de la
detección de los cambios neurológicos en los estudios por
imágenes", finalizó el autor.
FUENTE: PLOS ONE, online 16 de abril del 2014.

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