Descubren la conexión genética entre el síndrome de Down y un mayor riesgo de leucemia linfoblástica aguda

MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
   Investigadores del Instituto Dana-Farber en Boston, Estados Unidos, han descubierto una alteración cromosómica que podría explicar la conexión genética entre el síndrome de Down y la leucemia linfoblástica aguda (LLA), que hace que los pacientes con una copia extra del cromosoma 21 tengan más riesgo de desarrollar estos tumores.
   Desde hace años se sabe que este tipo de leucemia es más frecuente en los niños con síndrome de Down pero los investigadores no eran capaces de explicar los motivos. Sin embargo, los resultados de este estudio publicado en 'Nature Genetics' pueden suponer un importante avance, no sólo para los afectados por este síndrome, sino también para muchas otras personas que padecen esta leucemia.
   "Los avances tecnológicos han hecho posible estudiar en el laboratorio las células de la sangre con leucemia y con síndrome de Down para ver esta conexión", ha explicado Andrew Lane, de la División de Neoplasias Hematológicas del Dana-Farber.


   Las personas con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de padecer diversas patologías, incluyendo anomalías cardiacas y respiratorias. Y en el caso de este tipo de leucemias, el riesgo es hasta 20 veces mayor al de la población general.
   Para trazar la relación entre ambas dolencias, Lane y su equipo utilizaron una cepa de ratones que llevaban una copia extra de 31 genes que se encuentran en el cromosoma 21 de los seres humanos.
   "La leucemia linfoblástica aguda de células B tiene lugar cuando el organismo produce demasiadas células B inmaduras, un tipo de glóbulo blanco que normalmente suele ayudar a combatir las infecciones. Cuando se analizaron estas células B en los roedores, vimos como eran anormales y crecían sin control", ha explicado este experto.
   Y al analizar su "firma molecular", el patrón de actividad de los genes, vieron que en estas células anormales un grupo de proteínas llamadas PRC2 no funcionaba, lo que favorecía que las células B se dividieran y proliferaran antes de estar completamente maduras.
   Para confirmar que la ausencia del PRC2 es fundamental para la aparición de la leucemia en personas con síndrome de Down, el equipo de Lane se centró en los genes controlados por esa proteína y vieron que alrededor de cien eran mucho más activos con ella silenciada, impulsando el crecimiento y la división celular.
   La pregunta entonces era saber qué gen o grupo de genes era el detonante de este bloqueo del PRC2 en las células B de los pacientes con síndrome de Down. Para ello, los investigadores fueron eliminando una a una la copia extra de los 31 genes que permanecían mutados en estos ratones y vieron que, al eliminar el gen HMGN1, las células dejaron de crecer y murieron.
   "Llegamos a la conclusión de que la copia extra del gen HMGN1 es importante para apagar la proteína PRC2 que, a su vez, aumenta la proliferación celular", han concluido los autores del estudio.
   Aunque actualmente no hay medicamentos que actúen contra este gen, reconocen que su bloqueo podría provocar una especia de cortocircuito en el proceso que suele derivar en el desarrollo de leucemia, al tiempo que también podrían tener un fuerte potencial anti-leucémico aquellos fármacos que activen la proteína PRC2.

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